Noticias de Forsyth Tech
Un estudiante de diseño de Forsyth Tech queda segundo en un concurso nacional

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Este mes del Community College, te traemos historias sobre nuestros estudiantes, ex alumnos y socios de la comunidad que destacan el increíble trabajo de Forsyth Tech que cambia vidas. Sigue leyendo para saber más sobre Jennifer Koerner, una estudiante de segundo año de Arquitectura que participó en un prestigioso concurso nacional de diseño patrocinado por la Bienenstock Furniture Library y Barbour Spangle Design. En el concurso participaron estudiantes de diseño de programas de diseño de dos y cuatro años de todo el país.
Jennifer obtuvo el segundo lugar en este evento altamente competitivo. Como parte de su logro, Jennifer recibirá un premio monetario, y su proyecto será exhibido en el sitio web de Bienenstock Furniture Library-una maravillosa oportunidad que mejorará su exposición mientras se prepara para transferirse al programa de Arquitectura de Interiores de UNC-G este otoño y continuar avanzando en el campo de la arquitectura.
¿Puede hablarnos del proyecto que presentó al concurso? ¿En qué se inspiró para el diseño?
El proyecto se centró en diseñar un spa específico para personas con esclerosis múltiple. El programa requería espacios designados, el cumplimiento de los códigos de construcción y la accesibilidad de la ADA. Me inspiré en el arte japonés del Kintsugi, en el que la cerámica rota se repara con materiales preciosos como el oro, resaltando su historia en lugar de ocultar las imperfecciones. Más allá de su belleza visual, el Kintsugi encierra una profunda filosofía: encontrar fuerza y significado a través de la adversidad. Creo que la mayoría de nosotros podemos identificarnos con el crecimiento personal que surge de los retos de la vida, y quería que este concepto se integrara en el diseño del spa, creando un espacio que encarnara la resistencia, la curación y la transformación.
¿Cuál fue el mayor reto al que se enfrentó durante el proceso de diseño y cómo lo superó?
El mayor reto fue plasmar la visión que tenía en mi mente en una forma que otros pudieran ver. Un elemento central de mi diseño era una pared curvada con un motivo inspirado en Kintsugi que evolucionaba a medida que uno se desplazaba por el spa. Sabía exactamente cómo debía ser y funcionar, pero ejecutarlo en software 3D era otra historia. Como Revit (el programa que utilizamos) no tiene una función integrada para este tipo de detalles orgánicos en capas, tuve que dibujar a mano los elementos vivos sobre una superficie curva en el software, un proceso minucioso que puso al límite tanto mi paciencia como mis conocimientos técnicos. Cuando por fin creé una versión que funcionaba estética, funcional y estructuralmente, hice varias copias, porque después de tanto esfuerzo, no iba a correr ningún riesgo.
¿Cómo le ha ayudado su experiencia en el programa de Arquitectura de Forsyth Tech a prepararse para este concurso?
Una de las mayores sorpresas del programa ha sido darme cuenta de lo mucho que crecemos de un proyecto a otro. Al principio, miraba los futuros encargos y pensaba: "Es imposible que pueda hacer eso". El año pasado, vi los proyectos Bienenstock de alumnos anteriores y pensé que estaba por encima de mi nivel. Pero nuestra educación arquitectónica es acumulativa: cada proyecto se basa en el anterior, y cuando alcanzamos lo que antes parecía imposible, nos damos cuenta de que estamos preparados para ello. Este concurso no fue una excepción.
¿Quién te ha apoyado o influido más durante tu estancia en Forsyth Tech?
Todd Shoaf y Ja'Maul Redmond han sido fundamentales en mi crecimiento como diseñador. Todd proporciona una valiosa orientación en la generación de ideas y la evaluación estética, mientras que Ja'Maul ofrece soluciones creativas para los aspectos técnicos de la arquitectura. El diseño es un equilibrio entre creatividad y precisión, y contar con ambas perspectivas ha sido inestimable. Su tutoría no sólo ha dado forma a mi enfoque de este concurso, sino que también ha profundizado mi comprensión del diseño en su conjunto.
¿Qué consejo daría a los futuros estudiantes que quieran presentarse a este concurso?
Este proyecto es un maratón, no un sprint, y la gestión del tiempo es crucial. Me propuse trabajar en él todos los días, aunque solo fuera durante 15 minutos: esos pequeños esfuerzos constantes suman. Aunque la fase de diseño es apasionante, los aspectos técnicos, como los calendarios, el cumplimiento de la ADA y los requisitos del programa, exigen la misma reflexión y atención. Y lo que es más importante, recuerde siempre que el diseño tiene que ver con las personas. ¿Para quién está diseñando? ¿Qué necesitan? ¿Cómo puede tu trabajo mejorar su experiencia y calidad de vida? Si te centras en ello, tu diseño tendrá un impacto real.
¿Qué papel cree que desempeñan este tipo de concursos en el crecimiento y la confianza de un diseñador?
He disfrutado mucho con este proyecto y estoy muy agradecida a la Biblioteca Bienenstock por organizar este concurso cada año. Me dio la oportunidad de combinar mi amor por la historia del arte con el diseño práctico, lo que me permitió explorar cómo las influencias históricas pueden dar forma a piezas contemporáneas y funcionales. Disfruté especialmente diseñando elementos personalizados que combinaran accesibilidad y estilo. Esta experiencia me hizo reflexionar sobre cómo la belleza y la inclusión pueden coexistir de forma reflexiva e intencionada.
Más allá de mi propia experiencia, uno de los aspectos más gratificantes fue ver crecer a mis compañeros a lo largo del proceso. Fue increíble ver cómo aumentaba su confianza a medida que superaban retos y perfeccionaban sus diseños. Aunque puede que yo no siempre reconozca ese crecimiento en mí, sin duda lo vi en ellos. Concursos como éste empujan a los diseñadores más allá de su zona de confort y, al hacerlo, no sólo dan forma a nuestras habilidades, sino también a nuestra capacidad de confiar en nuestros instintos.